“Ver un lobo es un regalo”, dice Frank Cuesta. Por eso, acude a Antequera (Málaga) donde vive Daniel con decenas de lobos ibéricos en semilibertad. El herpetólogo también visita a Lea, una francesa afincada en Andalucía que tiene a un toro. Lea es rejoneadora y, ante los ojos del equipo de “La selva en casa”, jugará y bailará con su toro Califa en una plaza. Allá donde vaya el aventurero necesita el contacto con los animales, aunque en algunos casos ese contacto sea excesivo: hasta once picaduras de abeja recibirá en un colmenar de Ávila por aproximarse sin la vestimenta adecuada y querer mostrar el increíble mundo de estos insectos. Además, el programa visitará un centro de acogida de burros, donde viven decenas de esos equinos que ya están mayores y enfermos. Los animales que están en el Refugio del Burrito no han sido bien tratados por sus propietarios a lo largo de su vida y en este lugar se les cuida y se les cura. “Es como una residencia”, asegura Frank, “ahora sólo tienen que comer, descansar y tomar el sol de Málaga”.