'Amores que duelen' reconstruye el día en que Alba sufrió el ataque de su exnovio. Cuando Alba tomó la decisión de poner fin a su relación, su asesino tuvo 24 horas para planear minuciosamente el plan para acabar con su vida. Incapaz de gestionar su frustración, el joven de 18 años decidió asestar 33 puñaladas a Alba para acabar con su vida. Tras el ensañamiento, dejó a la joven en su propia habitación, se lavó la sangre, guardó la ropa ensangrentada y el cuchillo y se marchó con sus amigos.
Hasta tres durísimas agresiones llegó a sufrir Ucanca antes de permanecer secuestrada durante 10 días maniatada al cabecero de la cama por su maltratador. Durante toda su relación Ucanca pensó que su agresor era una víctima y, en muchas ocasiones, que ella era la culpable de sus brotes violentos. Un caso en el que la idealización extrema y una equivocada concepción del "amor romántico" derivaron en un caso de violencia de género considerado de riesgo extremo, llegando a estar escoltada por dos agentes.
Ana, 42 años, mantuvo una relación durante 3 años en la que no hubo ningún indicio de violencia. Fue la prensa deportiva la que se hizo eco de este caso de violencia de género: él había sido futbolista, por eso las opiniones se dividen entre la simpatía y la crudeza de los hechos. Intentó matarla con un bate de béisbol, aunque nunca antes le había visto enfadado siquiera.
La historia de María Teresa está cargada de sometimiento e intereses materiales por encima de los sentimientos. Con 48 años recuperó su ilusión cuando conoció a un joven 11 años menor que ella. Mientras pensaba que la vida le estaba dando otra oportunidad, María Teresa estuvo sometida a chantajes y experiencias en las que todo estaba dominado por él.
Sonia mantuvo una relación de 10 años con su marido, sufrió maltrato casi desde el principio, tras la boda. El día en que ella decidió terminar con la relación y marcharse, comenzó el calvario para sus dos hijos. Su futuro marido era una amigo de su infancia con el que se rencontró en Tenerife. Ella tenía 25 años, él era 7 años mayor que ella, “me fascinó”, explica.
Begoña estuvo con una persona 16 años que le hacía pensar que el maltrato le hacía mejor persona, y su hija se crió en ese entorno hostil. "Llegó un momento en el que son sólo verle la cara ya sabía que me iba a pegar", cuenta.
Inés inició en 1982 una relación de pareja que enseguida se definió por el machismo, las infidelidades y por la violencia física y verbal de su marido, que ella trató de disimular delante de sus hijas. Gracias a ellas, Inés denunció a su agresor después de que intentara acabar con su vida. A pesar de la sentencia condenatoria, hubo voces en su pueblo que pensaron que ella podría haber sido la culpable de su situación. Su historia es un ejemplo de la indefensión en la que viven las mujeres maltratadas en los pueblos españoles y de cómo la violencia machista afecta a los hijos que presencian el maltrato en sus propias carnes.
Araceli fue víctima de violencia de género en los años 80, cuando no existía la Ley Integral de Violencia de género. Entonces solo se atrevían a denunciar el 6% de las mujeres maltratadas, y fue su hija el detonante que empujó a Araceli a poner fin a su infierno.
Mónica, una de las víctimas mortales más jóvenes, fue asesinada por su novio en 2011. El testimonio de su madre refleja un claro ejemplo de violencia de género entre adolescentes, una tendencia que crece peligrosamente. Los celos no son una muestra de amor y la manipulación a través del móvil es inaceptable.
Susana decidió, junto a otras ocho mujeres, ponerse en huelga de hambre en la Puerta del Sol de Madrid para pedir que se tratara la violencia machista como un problema de estado. Un primer paso que terminó desembocando en la Ley Integral contra la Violencia de Género.
Una chica con fuerte carácter y una próspera carrera como presentadora de televisión que se convierte en víctima de un político influyente y poderoso. Agresiones, prohibiciones e insultos marcaron el trato de un hombre peligroso y obsesivo.
Gemma se arrepiente al poco tiempo de haber retirado la denuncia que había puesto, hasta ahora, él nunca le había agredido directamente a ella pero la violencia siempre va en aumento. El 13 de junio de 2013 sin previo aviso y sin ningún motivo, su pareja arremete duramente contra ella con su hija de 8 años durmiendo en la habitación de al lado.
Sandra estuvo casada durante 22 años y fue víctima de maltrato psicológico. Actualmente, el acoso continúa mediante llamadas, mensajes y amenazas, por lo que Sandra cuenta con protección policial y con una orden de alejamiento de 1.500 metros.