Aprovechando que aún conserva las llaves de su antiguo piso, Patxi empieza a entrar furtivamente en el mismo para disfrutar de la televisión por satélite que tiene la nueva inquilina, Miren; tras leer lo que parece ser su diario se da cuenta de lo mucho que se parece la abogada a él, por lo que empieza a meterse en su relación con Pruden para evitar que este la rompa el corazón. Preocupadas por el estado de ánimo de Santi, deprimido tras el viaje a París, Sara y Esti intentan subirle la moral, no con mucho éxito. Bego repara en las objeciones de Álex a dejar que ella lave su ropa, y viendo lo limpia que le queda a él empieza a dudar de ser la mejor en la materia.