El capitán Sánchez disfruta de una barbacoa en casa con los integrantes de su grupo de Operaciones Especiales del Ejército Español cuando recibe la inesperada orden de viajar a Mali para llevar a cabo una misión de rescate: devolver con vida a dos niños españoles secuestrados por un peligroso grupo salafista. Su estabilidad matrimonial y su capacidad de liderazgo se ponen a prueba tras ser informado de que Isabel Santana, la mejor tiradora de precisión de los Boinas Verdes y con la que vivió una tormentosa historia de amor, formará parte de la unidad de rescate. Desde el inicio del viaje al Sahel africano, la presencia de la joven generará gran tensión en el militar, situación que hará más difícil la misión, ya de por si compleja. Mientras en Bamako, Iñaki y Montse, los padres de los menores secuestrados, se desesperan ante el hermetismo mostrado por el embajador español en Mali. Su preocupación se incrementa cuando descubren que hay una operación de rescate en marcha.
Ninguna operación relámpago de rescate a no-combatientes es fácil. Esto es algo que saben bien el capitán Alberto Sánchez y la francotiradora Isabel Santanta cuando se encuentran con un contratiempo inesperado durante el rescate de los niños: la meteorología adversa imposibilita la evacuación de los pequeños por el aire. Protegerles, incluso con su propia vida si es necesario, mientras aguardan la aparición del helicóptero será la principal prioridad de ambos militares en la segunda entrega de "Los nuestros".
Alberto, Isabel y los niños son apresados por los yihadistas y escondidos en una aldea mientras los terroristas preparan las condiciones para trasladarlos al desierto argelino. Alberto sabe que si eso ocurre ya no habrá forma de rescatarles y pasarán años como prisioneros.
Martina Ibáñez y sus compañeros de la BRIPAC viajan a Afganistán para llevar a cabo una arriesgada misión: recuperar una carga de Cesio-137 que el Estado Islámico pretende utilizar para atentar en Europa.
Martina llega a su destino, la guerra. Debe infiltrarse mientras Montse intenta obtener la información que le han pedido del ordenador de su marido, Samir, sabiendo que si la descubre su vida correrá grave peligro.
A su llegada a la base de la OTAN en Turquía, la teniente coronel Iborra descubre que no va a contar con el apoyo logístico necesario para la misión ni con medios aéreos para la evacuación de sus infiltrados en Siria. Mientras, la sargento Ibáñez llega a la casa de Samir y Montse en Raqqa.
