Alfredo percibe que los chicos no dedican mucho tiempo a su asignatura porque están muy ocupados con un trabajo de historia. Además, sospecha que Olmedo utiliza estos trabajos para un libro que va a publicar en breve. El enfrentamiento entre ambos profesores obliga a la dirección tomar cartas en el asunto. Olmedo demuestra que las acusaciones contra él son falsas y Alfredo se ve obligado a pedir disculpas públicamente. Pero este no es el único traspié que sufre Alfredo. Su relación con Ana parece ir en picado, por lo que, de momento, se aleja la idea de vivir juntos. Eloy reta a Quimi a una carrera de motos. Durante ella, Quimi choca brutalmente contra un cochecito de niño, aunque afortunadamente en él no viajaba el bebé. Ante lo sucedido, Quimi decide no seguir y darse la vuelta. Eloy presume en el colegio de ser mejor conductor que su contrincante. Pese al accidente, y presionado por sus amigos, Quimi acepta una segunda carrera para que su imagen de chico duro no se vea dañada. En el transcurso de la nueva carrera, Quimi vuelve a tener un incidente con unos niños que juegan al balón y decide retirarse de la carrera. Pese a que es Eloy el ganador ningún miembro de la pandilla le felicita, más preocupados por lo que le ha sucedido a Quimi. Todo menos Sara, que se muestra muy cariñosa con Eloy. Entre Suso, el profesor de música, y Marta, una de las alumnas, existe una atracción evidente. La joven está impresionada por el profesor, pero Suso es consciente de los problemas que una relación así podría conllevar. Sin embargo, mientras revelan unas fotos en el laboratorio terminan besándose. Marisa se da cuenta de lo que pasa y recuerda cuando ella era estudiante y vivió algo parecido con Félix. Pese a ello, no duda en recriminar a Suso su comportamiento. Por su parte, Gustavo está organizando una obra de teatro con los niños, pero estos no muestran excesivo entusiasmo. Por eso decide dar un giro a la idea inicial y les propone que