En la actualidad, al enfrentarnos a cambios climáticos sin precedentes, la capacidad de pronosticar dónde y cuándo caerá la lluvia es cada vez más importante. Para ello, recurrimos a satélites y superordenadores e incluso a papel y bolígrafo.
La lluvia tiene un papel importantísimo en nuestras vidas. Nos encanta su olor e incluso su sabor. Y ahora que nos enfrentamos a un clima cada vez más incierto, nuestra relación con la lluvia seguirá configurando el modo en que vivimos.
El agua es nuestro bien más preciado. Al fin y al cabo, no sobreviviríamos mucho más de tres días sin ella. A medida que el cambio climático altera las precipitaciones en todo el mundo, ¿cómo se están adaptando las comunidades a la escasez?