El episodio comienza con un tiroteo en una carretera local de la provincia de Navarra, cuando una patrulla de tráfico de la Guardia Civil le da el alto a un conductor. El conductor que es El Solitario saca un subfusil por la ventana y acaba con la vida de los dos guardias civiles. Estamos en el año 2004. En pocos minutos se despliega un intenso control de carreteras, en el que incluso intervienen helicópteros y unidades especiales de la lucha antiterrorista para encontrar al causante de los hechos. Aparecen en escena el Comandante Herrera y su equipo. Pero no hay ni rastro del vehículo del que se cree se efectuaron los disparos ni del peligroso tipo. El asesinato conmociona España. Tanto el presidente Zapatero como Mariano Rajoy hacen una mención especial a los guardias civiles en sus respectivas campañas electorales del momento. En el entierro de los dos agentes se respira el dolor que ha causado el suceso.
El episodio comienza recogiendo el final del episodio anterior, es decir, El Solitario se estaba preparando para atracar y ahora ya está camino de su próximo atraco en Benavente (Zamora). Vemos en directo como se desarrolla el atraco y cómo vuelve a disparar al cajero ante el poco botín que hay en la sucursal. Paralelamente el Comandante Herrera está en su despacho relajado pensando que el hombre que han detenido era el que buscaban, cuando le comunican la noticia del nuevo atraco. Se despliega una impresionante operación jaula para que esta vez no se escape pero El Solitario guiado por su gps elige todos los caminos de tierra y pistas forestales y escapa una vez más al cerco. Cuando se ha quitado el disfraz se encuentra con un rebaño de ovejas que le impiden el paso. El pastor se quedará con su cara y con el coche.
