La madre de Hugo lo presiona para que entre al negocio familiar y abra una tienda de ataúdes en Tamaulipas, pero Chava lo necesita en Nicaragua para un torneo.
Hugo busca al entrenador Fede con desesperación y trata de mantener unido al equipo durante el primer partido. Mientras tanto, Carmelo trabaja en Tamaulipas.
Hugo tiene que llevar al equipo a grabar una publicidad, pero apenas puede controlar a los jugadores y nadie lo respeta, sobre todo Axel, siempre desafiante.