En el taller de Julia soplan vientos de cambio. Parece que Olga se ha adaptado a las mil maravillas. El que sigue maldiciendo su llegada es Erik. Pero gracias a la insistencia de Cloe, el chico vislumbra la posibilidad de hablar con su madre. Mientras, Diana se muestra tan tirante con la presencia de su Oscar y compañía, que su hija pone punto y final a la situación obligándole a confesar que demonios le pasa. Lo que Julia no imagina es que la verdad va a dejarle helada. En Río Muni, las aguas parecen volver a su cauce. Inés regresa a la librería, Carmen es de nuevo una joven comprometida y la fábrica se ha librado del acoso de Serralvo. Pero bajo la aparente normalidad, los problemas bullen cada vez con más fuerza. La amenaza de Alicia sobre Ángel e Inés es ya una realidad. La relación de Patricia y Francisco parece herida de muerte. Y Carmen no podrá evitar acercarse a Kiros, cada vez con menos cortapisas, hasta llegar a quemarse.