Por fin el sueño de Ulises parece que definitivamente se va a hacer realidad: su salida del centro de salud de Arroyo Pingarrón. Tras muchos intentos y multitud de reveses, la suerte está de su lado. Marina, la amante de su padre, ha decidido entregarse a la policía y devolver el dinero desfalcado. No aguanta más esta situación y tras esconderse de su ex marido, solicita ayuda a Ulises, que la acoge en su casa por unos días antes de que vaya a declarar. Para que la situación no levante sospechas, Ulises le dice a Teresa que Marina es su novia y que viene a pasar unos días en casa. Lo único que pide Marina antes de acudir ante el juez es ver a Gonzalo en la cárcel. Todo está preparado, Leguineche, el abogado de la familia, acompaña en su coche a Marina pero lamentablemente sufren un accidente de tráfico. Del que los dos salen ilesos. Reyes está harta que Isaac esté todo el día con sus amigos del grupo en casa fumando porros y componiendo rimas absurdas. No aguanta ni un minuto más. En un momento de crisis echa a Isaac de su casa. Lo suyo no funciona y está claro que no pueden seguir conviviendo juntos. Isaac acepta la situación pero intenta recuperar a su chica. Ulises es ajeno a todo esto ya que Reyes no ha querido decirle nada. Cuando finalmente se entera, se muestra comprensivo con ella y le dice que está para lo que necesite. Blanca llega al Centro de Salud agobiada. No sabe qué hacer. Anoche se acostó con Cabrero y se siente fatal. No puede mirarle a la cara. Como no puede aguantar más se lo cuenta a Estela y a Reyes. Y a partir de ahí, lo que se supone que era un secreto, va pasando de persona en persona a la velocidad de la luz. Blanca no quiere admitir que Cabrero le gusta y mucho y por otro lado Cabrero no puede aguantar el ritmo y la exuberancia sexual de Blanca. Deciden que lo mejor es que dejen de vivir juntos pero justo después de aceptarlo vuelven a entregarse a la pasión. Rai está deprimido. No come, no duerme, está dejando