Rosario queda profundamente conmovida al descubrir las difíciles condiciones en las que vive Sigifredo. Al confirmar su grave problema de oído, no duda en comprometerse a ayudarlo. Emiliano le explica a Rosario y a su mamá las razones que le impidieron llegar a tiempo al Plaza Garibaldi, El Coloso aprovecha la ocasión para lanzarle comentarios punzantes, insinuando que todo salió mal por su culpa, especialmente en la cocina.