Tras dar a luz a uno de sus hijos en medio del campo, Catalina es trasladada al palacio donde el doctor Ferrer se ve obligado a practicar una peligrosa cesárea para salvar a su otro hijo. Adriano es la persona que ha traído a la joven Luján al palacio, de donde no se moverá aunque no pueda estar junto a ella. Antoñito regresa al refugio y el padre Samuel le pide que reconsidere la relación con su madre.