Después de la resonante victoria de Pedro Sánchez las miradas más morbosas se centran en los nombres propios, en la historia de las vendettas ciertas o imaginarias, y en las relegaciones y promociones con vistas al congreso del día 17 de junio, y a los subsiguientes congresos regionales. Muy interesante todo ello, desde luego pero lo importante de verdad, y lo más difícil, es acertar con la orientación del partido en un momento tan delicado. Con su definición, con las señas que le hagan identificable, y con una propuesta a la sociedad que sea útil, realista y posible en asuntos de gran complejidad y con límites insuperables.