Pilar y Verónica descubren que lo que pensaban era el brujo no es más que un maniquí disfrazado. Mientras examinan el maniquí los detectives Navas y “Pichi” aparecen y les ordenan que se detengan. Las mujeres intentan explicar lo sucedido pero los detectives no les creen y las llevan a la comisaría donde son interrogadas. Navas primero interroga a Pilar que niega estar involucrada en los asesinatos. Luego Navas le sugiere que quizás Verónica esta manipulándola.