Doce horas después del crimen de su novio, Nahir Galarza, confiesa haber sido la asesina y la pregunta estalla mediáticamente: ¿Por qué lo mató? Sólo Nahir tiene la respuesta.
Nahir es condenada a cadena perpetua, y en prisión se anima a revisar como nunca su pasado. Con la ayuda de una nueva abogada, el caso se reabre poniendo en duda quien realmente apretó el gatillo.