Un accidente inesperado junta a una viuda chilena y a un repartidor extranjero. Él solo busca a su pareja. Ella, enterrar a su marido. Ninguno imagina lo que están por descubrir.
Tiluca convierte su casa en hostal para repartidores. El negocio prospera. También prospera la atracción entre Tiluca y el Tuerca. Julio César toma el mando, pero no todos celebran: su hija se opone, los vecinos se inquietan y una amenaza empieza a rondar la cuadra.
Llega la familia de Casseus al hostal mientras los vecinos liderados por Valentín exigen su cierre. Clemente defiende a sus nuevos compañeros con un inusual disfraz mientras Tiluca empieza a sentir cosas fuertes por alguien inesperado.
El negocio va bien pero no alcanza. Tiluca y Julio César abren negocios anexos para salvar el hostal. Magdalena va a terapia tras descubrir un romance incómodo, sin saber que una nota amenaza con revelar el pasado del difunto.
Tiluca cumple años. El primero viuda, el primero independiente y el primero enamorada de verdad. Inquilinos y vecinos hacen una tregua para esta celebración, que se verá interrumpida por una revelación desastroza.
Tiluca considera vender el hostal y Clemente sorprende a todos con una propuesta inesperada de su futuro amoroso. Julio César se hace aliado de su ex nemesis y El Tuerca, entre deudas y su padre enfermo, se ve entre la espada y la pared.
Mientras Clemente planea su boda, trata de esconder que lo hace por amor y hasta invita a Julio Cesar. El Tuerca se convierte en infiltrado de la policía pero alguien cercano a sus queridos expone su pasado y enciende la furia del barrio.
El último check-out del hostal viene con sirenas incluidas: mientras Tiluca cuelga el cartel de 'Se Vende', sus inquilinos se esfuman. Pero El Paleta tiene otros planes y El Tuerca está en su mira.