El “milagro económico” español sigue creciendo gracias a tecnócratas como López Rodó (en la foto). De un lado, se inaugura en Vandellós (Tarragona) la primera central nuclear de España. Además, se fusionan las dos empresas aeronáuticas españolas: CASA e Hispano Aviación. Y, además, continua la riada humana de turistas. Por otro lado, comienzan las exportaciones de Fosbucraa, la compañía que explota en el Sahara español uno de los principales yacimientos de fosfatos de todo el mundo. Debido a esta explotación, la ciudad de El Aaiún alcanza un breve florecimiento económico.