Aus der Mauer einer alten Villa fällt nach einem Wasserrohrbruch ein Skelett, der Villenbesitzer gesteht einen Mord. Doch: Das Skelett ist an die 60 Jahre alt – und der vermeintliche Mörder dement. Ein scheinbar sinnloser Fall? Nicht für Angelika Schnell. Denn sie weiß: Das menschliche Gehirn ist unberechenbar in seinem Umgang mit Vergessen und Erinnern. Und wie sich herausstellt auch unbarmherzig.
Un esqueleto se desprende de la pared de una antigua villa tras la rotura de una tubería de agua, y el propietario de la villa confiesa el asesinato. Pero: El esqueleto tiene unos 60 años - y el presunto asesino está demente. ¿Un caso aparentemente sin sentido? No para Angelika Schnell. Porque lo sabe: el cerebro humano es imprevisible en su manejo del olvido y el recuerdo. Y, como resulta, también despiadado.