Ivel se sincera con Rosario y propone dejar atrás las diferencias. Después de pensarlo mejor, decide acercarse para invitarla a colaborar juntas en una canción. Además, le comparte la percepción que tuvo del Coloso. Guadalupe se encuentra con Francisco en el Plaza Garibaldi para pedirle que involucren a Ivel en la misión. Guadalupe está convencida de que solo con su ayuda podrán infiltrarse y llegar hasta el Chile Bazán.